Hablar de la biblia en su cuenta de Instagram o unirse a protestas antigubernamentales, vestido con un hábito marrón de la orden capuchina, son algunos de los gestos con los que el sacerdote venezolano Luis Antonio Salazar rompe los esquemas en una nación con una conservadora iglesia católica.
Exparticipante de un concurso de belleza masculino, Salazar usa su iPhone para grabar la serie de videos “Vivir el Evangelio”, una versión moderna para hablar de teología con referencias cinematográficas, que transmite cada semana a sus casi 30.000 seguidores de Instagram.
Su perfil en redes sociales aumentó tras unirse a las protestas masivas contra el gobierno de Nicolás Maduro, cuando bendecía a los manifestantes mientras corrían para protegerse de las bombas lacrimógenas.
“Si el pueblo está en la calle, hay que estar con el pueblo”, dice Salazar durante una entrevista en su oficina, decorada con una cruz e imágenes de la Virgen María, en la iglesia La Chiquinquirá, en el este de Caracas.
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