La naturaleza está de enhorabuena. Después de más de un siglo sin ver tortugas”bebés” en las Islas Galápagos, estas han vuelto a ver la brillante luz de estas paradisíacas islas. Concretamente ha sido en la isla Pinzón, donde se ha podido ver un pequeño número de tortugas “bebés”.
Las Islas Galápagos es un archipiélago formado por varias decenas de islas (Pinzón Darwin, Isabela, Santa Cruz, Fernandina, Santiago, San Cristóbal, Floreana, Marchena, Española, etc) situadas en el océano Pacífico, a unos 1.000 kilómetros de las costas de Ecuador.
El científico e investigador James Gibbs ha constatado la presencia de al menos una colonia de 300 ejemplares, de los cuales 10, asegura, son crías. Este avistamiento realizado por James Gibbs, fue realizado en diciembre.
La isla Pinzón ha sido la más castigada en cuanto al mantenimiento de la especie de tortugas. Desde el S. XVIII, no pararon de llegar embarcaciones a esta isla. En estas embarcaciones llegaron ratas a la isla. Las ratas, se fueron adueñando prácticamente del frágil ecosistema que allí preponderaba. Se alimentaban de huevos y así, poco a poco, fueron desapareciendo.
Esta invasión de ratas, provocada por la mano del hombre, empezó a ser erradicada a partir de 1960, cuando se dieron cuenta de que la población de tortugas, apenas llegaba a los 100 ejemplares. Las tortugas, antes de que llegaran las ratas, prácticamente no tenían depredadores. A partir de esta fecha, las tortugas y unos cuanto huevos fueron llevados a otra isla, para así eliminar más fácilmente a las ratas. Pero las ratas no se extinguían.
En 2012, un grupo de biólogos, utilizando drones, distribuyó un veneno especialmente ideado para combatir las ratas. De esta forma, lograron acabar con la plaga.
Mientras tanto, las tortugas fueron criadas en otra isla. Y cuando se decretó que la isla Pinzón estaba libre de ratas,entonces fueron devueltas a su lugar natal.
La naturaleza ha sido capaz de perdonarnos los errores cometidos y vuelve a darnos una oportunidad.
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